viernes, 28 de mayo de 2010

en tandil, paisaje gris y nostalgia de tu voz, del calor de tu respiración, y esta extraña alegría también, ahí te dejo el poema de un momento hermoso en el neuro y el poema lluvia de tuñon que te queda bien como si fueras una película

escrito ayer en el psiquiatrico (27 de mayo)

llevarse, como relleno de la propia ropa
llevarse por delante
por amor
llevarse como equipaje
como cosas
llevarse bien
llevarse uno a otro, ser llevado
como por una corriente del río o eléctrica
llevarse por dentro por fuera
llevarse, haberse ido, haberse dejado olvidado y llevarse igual
llevarse como una medalla
como una carga de plumas
llevarse y lloverse
ponerle al presente el vestuario de un recuerdo
y llevarse también en una fotografía, en los pies
en los bolsillos
dejarse llevar, venir ya llevado desde antes
llevarse la ciudad a otra parte
llevar el corazón en el estuche y la mirada abierta
llevarse los besos pegados en la boca
llevarse la risa donde sea necesaria
llevarlo todo ir con nada
llevarse la última nube
y recorrer la libertad
con la riqueza del amor y con las manos vacías.
Raùl Gonzalez Tuñon
Lluvia


Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios abandonados.
Otras veces cae con furia y uno piensa en los maremotos que se han tragado tantas espléndidas islas de extraños nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
Sus tambores acunan nuestras noches y la lectura corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban.
No habían despertado todavía al amor, no sabían nada de nosotros.
De nuestro gran secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura de nuestra fatiga.
Acaso los rostros amigos, las fotografías, los paisajes que hemos visto juntos, tantos gestos que hemos entrevisto o sospechado, los ademanes y las palabras de ellos. Todo, todo ha desaparecido y estamos solos bajo la lluvia, solos en nuestro compartido, en nuestro apretado destino, en nuestra posible muerte única, en nuestra posible resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la violencia de la lluvia.
Te quiero con todos los tambores de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Aún tenemos fuerzas para subir la callejuela empinada. Recién estamos descubriendo los puentes y las casas, las ventanas y las luces, los barcos y los horizontes.
Tú estás arriba, suntuosa y bíblica, pero tan humana; increíble, pero tan real; numerosa, pero tan mía.
Yo te veo hasta en la sombra imprecisa del sueño.
Oh, visitante.
Ya es seguro que ningún desvío nos separará.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida vida, hacia el destino único.
Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea del otoño.
Porque la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa, que no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto, cuando tú y yo seamos dos sombras y todavía estemos pegados, juntos, subiendo siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitante.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino.
Al extremo de que nada te pertenece sino yo.
Al extremo de que nada me pertenece sino tú.
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta, ya al caer sobre los jardines, ya al deslizarse por los muros, ya al reflejar sobre el asfalto las súbitas, las fugitivas luces rojas de los automóviles, ya al inundar los barrios de nuestra solidaridad y de nuestra congoja, los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste y acaso nuestro amor sea bello y triste, y acaso esa tristeza sea una manera sutil de la alegría. Intima, recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia. Oh, generosa.

jueves, 27 de mayo de 2010

nubes y parpados

se hace palabras, imagen viva del amor que fluye, el tiempo es el río del que somos puente, te amo y cuando no estás llevo mis manos destejidas, y te lo digo de estas maneras y de otras, como la larga traducción de una sola caricia de tu boca


Parpados y nubes
(el 25 a la noche mientras ya viajabas)

Viajas, en qué sentido
O
En qué sentido viajo yo acá
Encadenado a la silla por las leyes del cansancio físico

Nuestros besos son proximidad, contacto, roce, atravesamiento, fusión, posar de pájaro, mapa de caracol, despegamiento tenue, aire y distancia y luego beso
Los dos somos el disparo y los dos somos el blanco
(en su intento de compararse queda perplejo el espejo)

Nancy con cabellera indibujable
Tacto de los ojos mutuos
Cada vez que te vas es un viaje
Y sin embargo nunca nos separamos.


“la recolección de las frases
Labios en forma de besos
La copa de los grandes árboles
Ojos en forma de promesas

Y tú que duermes
Que duermes”

Henri Pastoreau -Clinamen


Anoche (26/05)

El cielo con su panza de cocodrilo
Alisada de tanto arrastrarse sobre los cabellos
Empuja árboles contra los ojos/ imprime tu piel en las delgadas piedras de la memoria

Te lleva un gigante en su mano
Un ventiluz al mismo tiempo te sopla y te ilumina

Quítale al corazón su cáscara de mandarina con tus pequeños dedos
Al caballo del habla tallado en los huesos de tu sombra
/es una puerta dibujada en el espejo
Baila en el alma
Pesada y tierna como una deuda
Oh hermosa textura donde rasparme como un fósforo
Párpados tortugas candados con llaves de reloj
Un beso exacto como una cifra
Un abrazo de mástil desaforado
Una desnudez plena en las rodillas

El amor borra cachetazos de las mejillas de los niños
El amor escribe golpes en la puerta del solo
El amor transita el abismo como la calle de un barrio cualquiera
El amor comete errores
Y también comete una manzana

Pisa las uvas del vino con todo el cuerpo
Tus hombros y mi nariz se prometieron secretamente
Independizarse de nosotros si cambiamos de idea fija/
Ando por la calle con una adoración bajo la ropa
Feliz víctima del fuego
Peligroso como una flor en una oficina

Tus hijas como diademas. Tus hijas como perlas increíbles de la ostra magnífica de tu belleza. Tus hijas de ojos brillantes. Tus hijas, inevitablemente locas y artistas, pequeñas y peligrosas como un disparo o un colibrí.. tus hijas como un eco de gestos, como un reguero de vos sobre la tierra.
Se ve que sos tan linda
Porque saliste a ellas.
Como mi hija LA DIMINUTA BRUJA DEMENTE
Bellezas que nos obligan a ser a empujones
O a los gritos.

Gala
La seria fiesta de la risa
Alma
La furia del amor diminutiva
Marea
La gran enternecida en su éter

Y nosotros/ dos caballos pesados livianos relinchando revolución en el portón cerrado/ con hojitas secas y papelitos en el borde/ de alguna vieja y cerrada radio de rock/ tiernamente abrazados mirando nuestros propios ojos/ como un fuego prendido.